En sus viajes, vivieron la independencia del Congo Belga, con el asesinato de Lumumba, en medio del caos originado, lograron llegar hasta Madagascar y desde allí, prosiguieron la gira, pero entonces, se les quemó la carpa y tuvieron que comprar otra nueva.

Durante dos años y medio, viajaron por Madagascar, Las Islas Mauricio, Tanganika, Uganda, Kenia, Sri Lanka y Singapur.

Entonces, los hijos ya trabajaban en el circo. El actual Luis Raluy, que tan amablemente nos atendió, hacía barra fija y de payaso.

Según explica, viajaron por China hasta llegar a Hong Kong, allí les cogió un tifón que destrozó toda la carpa y el material del que disponían, llegándose al punto del “sálvese quien pueda”.

Aquel desastre acabó con el Circo de Brasil, los artístas húngaros cruzaron China y Rusia, hasta llegar a su país, los brasileños marcharon y nunca mas se supo de ellos y, los Raluy, llegaron hasta Singapur, donde estuvieron un mes esperando un barco que les llevara a Marsella y de allí a Barcelona.

En Barcelona, tuvieron que volver a empezar de cero, sin contar con nada mas que una caravana que era su vivienda. Un autobús viejo adaptado con literas, sala de estar y cocina.
eloy de mateo
Circo Raluy en Barcelona
Fotografía: Eloy de Mateo
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Descanso durante la función / Fotografía: Eloy de Mateo
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Descanso durante la función / Fotografía: Eloy de Mateo
La Revolución de Los Claveles:
En 1970, Portugal estaba bajo la dictadura salazarista, fue ese el año en el que murió Antonio Oliveira Salazar, que dos años antes, en 1968, fue declarado incapaz por la junta de gobierno de la dictadura y lo substituyó Marcelo Caetano.

El régimen había generado un país pobre, anquilosado y aislado. En la imaginación de sus dirigentes, se mantenía el mito del imperio portugués, por lo que se invertían grandes esfuerzos militares y dinero en reprimir los movimientos de liberación que se producían en sus colonias, Mozambique y Angola, mientras el resto de potencias coloniales, trataban de asegurarse la salida de África de la forma más conveniente.

En 1973, había nacido de forma secreta el llamado “Movimento das Forças Armadas” (MFA), formado por algunos oficiales del ejercito que conspiraban contra el régimen impuesto en el país.

En febrero de 1974, fue destituido por el régimen, el general Antonio de Spínola (secretamente, miembro del MFA) ya que trataba de modificar la política colonial portuguesa. Fue entonces cuando el (MFA), decide llevar adelante la revolución.

Durante dos meses los militares del (MFA) planearon la revolución, que finalmente se produjo el día 25 de Abril de 1974, a las 0:25 h, cuando Rádio Renascença emite la canción “Grândola, Vila Morena” de José Afonso. Esa era la señal pactada por el (MFA) para ocupar los puntos estratégicos del país.

La población se lanzó a las calles, mezclándose con los militares sublevados, y en Lisboa, se produjo la “Marcha de las Flores”. Se corrió la consigna de que los ciudadanos, en apoyo a la revolución, lucieran un clavel y miles de personas tomaron la ciudad con esta flor.

Este hecho dio nombre a la sublevación, que ha pasado a la historia como “La Revolución de los Claveles” y desde entonces, se considera al clavel como la flor símbolo de la libertad.

El (MFA), cerca a Caetano en el cuartel del Carmo, que se ve obligado a entregar el poder al general Spinola. A partir de ese momento, Caetano es conducido al aeropuerto y enviado a Brasil. Todo sucedió en un solo día, en unas horas, cayó la dictadura en Portugal.

La revolución se coordinó desde el cuartel de la Pontinha, dirigida por Otelo Saraiva de Carvalho.

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