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La Bielorrusia de Lukashenko
26 de junio del 2020
La comunidad bielorrusa de Barcelona, siguiendo el llamado internacional, se ha manifestado frente al consulado honorario de Bielorrusia en la capital catalana, en protesta por las irregularidades electores y la detención de opositores en su país.
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La comunidad bielorrusa en Barcelona se manifiesta pidiendo elecciones libres en su país / Eloy de Mateo
Tras la caída de la URSS, Bielorrusia, que fue una de las repúblicas soviéticas, pasó a ser un estado independiente.

No tardó en destacar en el panorama político bielorruso la figura de Alexandr Lukashenko que se convirtió en presidente del país y, desde entonces, lleva en el cargo ininterrumpidamente veintiseis años.

Siguiendo la tradición del este, el gobierno de Lukashenko es autoritario, también es acusado de tener poco respeto por las reglas democráticas y cometer fraude electoral. Hasta el momento, Lukashenko ha ganado todas las elecciones con unos sospechosos márgenes superiores al 70%, lo que le le permite un poder absoluto.

Aleksandr Lukashenko, nació en la República Soviética de Bielorrusia, entró desde jóven en el partido comunista y fue siempre fiel a su país, la URSS, y a su régimen.

Se licenció en historia, cumplió con el ejército en las tropas de la frontera soviética y dirigió un “Koljós” (granja colectiva del estado).

En 1990 consiguió su acta como diputado y entró a formar parte del “Soviet Supremo Bielorruso”. Se sumó a la corriente que pretendía mantener la Unión Soviética bajo un sistema democrático. En 1991 fue el único miembro del Soviet que votó en contra de la disolución de la URSS.
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La comunidad bielorrusa en Barcelona se manifiesta pidiendo elecciones libres en su país / Eloy de Mateo
La URSS se disolvió y en la Bielorrusia ya independiente, se ganó la fama de luchador contra la corrupción (la mejor forma de eliminar opositores), lo que culminó con su nombramiento como presidente del “Comité Anticorrupción”.

Desde su cargo provocó la destitución del presidente del país, Stanislav Shushkevich.

En 1994 se presentó a las elecciones presidenciales como independiente y las ganó. Se convirtió en presidente con un programa de recuperación con medidas económicas de corte socialista y una mayor integración con Rusia. De esta manera se creó el acuerdo del “Estado de la Unión de Rusia y Bielorrusia” (1997) y también se sumó a la “Comunidad Económica Euroasiática” (2000).
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La comunidad bielorrusa en Barcelona se manifiesta pidiendo elecciones libres en su país / Eloy de Mateo
Desde 1994 es el presidente de Bielorrusia de forma ininterrumpida siendo reelegido en todas las elecciones por porcentajes superiores al 70%, sin embargo, estos resultados son considerados fraude por por parte de la “Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa” (OSCE).

El gobierno de Lukashenko ha sido exitoso en su labor de recuperar el país, creando un fuerte estado del bienestar, con muchas ayudas sociales y una eficiente sanidad pública.

Bielorrusia ocupa el puesto 53 de 189 paises en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, encontrándose en el grupo de los países con desarrollo muy alto.

Tiene una tasa de mortalidad infantil muy baja de 2,9 frente a 6,6 de Rusia o el 3,7 de Reino Unido. La tasa de médicos es de 40,7 por cada 10.000 habitantes, frente a los 26,7 de Rumania, 32 de Finlandia y 41,9 de Suecia. La tasa de alfabetización es del 99%.

Según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el indicador Gini de desigualdad es uno de los mas bajos de Europa, por lo que Bielorrusia es uno de los países más igualitarios del continente.

Bielorrusia tiene apenas diez millones de habitantes. La afinidad del gobierno bielorruso es con Rusia pero también trata de mantener buenas relaciones con Occidente, jugando a dos bandos.





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