El juego a dos bandos
Como la situación social y
económica del país era buena y había un
amplio estado del bienestar hasta 2010, la población
aceptaba a Lukashenko.
En el 2015 la situación había
empeorado pero, a pesar de todo, el gobierno seguía
contando con la aprobación de la mayor parte de los
bielorrusos.
Actualmente el problema que tiene
bielorrusia es que su industria todavía es
soviética, es decir, ya ha quedado anticuada y
dependiente de la energía que suministra Rusia con
subsidios.
Algunos jóvenes bielorrusos se
quejan de la excesiva burocratización del país,
que
dificulta la creación de nuevas
empresas. En Bielorrusia todas las empresas grandes, no los
pequeños negocios, son estatales.
Y según el "World
Factbook" de la CIA, la base agrícola del
país depende de los subsidios públicos para
funcionar. És justamente en el ámbito rural donde
Lukashenko tiene su mayor y más fiel masa electoral.
Pasados unos meses de la represión
en las elecciones de 2010, la Unión Europea
levantó gran parte de las sanciones que habia impuesto a
Bielorrusia.
Y es que el gobierno Bielorruso, a pesar de
su afinidad con Moscú, trata de jugar a dos
bandos y, en este juego, Bruselas
premió la equidistancia de Bielorrusia en la
pacificación de Ucrania, fruto de la cual fueron
los acuerdos de Minsk del 2014.
También se agradecian gestos como el
no reconocimiento de la república de Crimea o la
negativa a albergar una base aérea rusa en el sur del
país. De esta manera el gobierno de Lukashenko se
congraciaba con occidente y es significativo que en las
elecciones presidenciales del 2015 no hubiese manifestaciones.
Por otra parte, debido a que no hay
trámites aduaneros, Bielorrusia se presenta como una
plataforma para el comercio con Rusia, esquivando de esta
manera las sanciones comerciales impuestas a ese país.
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